12 consejos EFICACES para mejorar tu inglés y alcanzar un nivel avanzado

¿Tienes ya un nivel intermedio de inglés, pero no sabes qué hacer para alcanzar el siguiente nivel, el avanzado (C1 y C2)?

Aquí tienes algunas estrategias muy eficaces que te ayudarán a darle una nueva vida a tu aprendizaje.

Te ayudarán a mejorar tu dominio del inglés hasta el más mínimo detalle, para que puedas desarrollar una verdadera pericia.

No tienes que utilizarlos todos a la vez (excepto los tres primeros), simplemente puedes elegirlos e incorporarlos gradualmente a tu rutina diaria.

Perfeccionar tu inglés para superar el nivel intermedio

Ahora tienes un buen nivel de inglés y puedes desenvolverte en la mayoría de las situaciones. Por ejemplo, puedes entender el argumento de una película con subtítulos, mantener una conversación sencilla, pedir indicaciones cuando viajas, etc.

En resumen, estás en una posición bastante cómoda y disfrutando del inglés. A pesar de todo, sientes que vas a tener que trabajar duro para progresar. Y esta situación te asusta: ¿cómo puedes seguir avanzando cuando la tarea está resultando tan difícil? Bienvenido al “nivel intermedio”, donde se detiene la mayoría de los alumnos que lo alcanzan.

Si quieres ir más allá, no te preocupes: no es tan complicado como podrías pensar. Sin embargo, tendrás que replantearte tu forma de aprender. Simplemente, los problemas no son los mismos en los niveles principiante, intermedio y avanzado. Aquí te traemos 12 consejos que te ayudarán a mejorar tu inglés en los próximos meses.

1. Alcanzar un nivel avanzado: ¿por qué? Márcate objetivos

La primera pregunta que probablemente deberías hacerte es: ¿por qué mejorar tu inglés?

¿Por qué invertir tanto tiempo y energía en un proyecto tan exigente? Así que, antes de embarcarte en esta aventura, tómate tu tiempo para definir con precisión tus objetivos.

Concretamente, ¿qué puedes conseguir en tu vida con un nivel avanzado que aún no hayas logrado hacer?

Dominar un idioma es un proyecto personal, por lo que merece la pena reflexionar sobre ello de antemano.

Por ejemplo, puedes planificar un viaje de larga distancia a un país anglófono, trabajar con el inglés, planificar una vida familiar que implique el idioma… Las razones las eliges tú, pero asegúrate de que te dan ganas de hacerlo día tras día.

La motivación sigue siendo el factor más importante para conseguir hablar bien un idioma, sobre todo a un nivel alto.

Para facilitarte este trabajo preparatorio, puedes leer nuestro artículo sobre cómo organizar tu aprendizaje del inglés. Te ayudará a volver a tener una base sólida.

Y no lo olvides: ¡fíjate objetivos SMART!

2. Sé autónomo y crea tu propio estilo de aprendizaje

Otro error que observo a menudo es el deseo de ceñirse a un enfoque muy guiado y académico del aprendizaje.

Cuando empezaste a aprender inglés, es posible que optaras por una solución muy prescriptiva, como un curso o un método. Esta idea tiene su razón de ser: en los primeros meses, se suele aprender lo mismo que los demás, y es tranquilizador dejarse guiar.

Después de eso, sin embargo… Es un poco más complicado.

El planteamiento de “dejarse llevar” funciona cada vez menos a medida que aumenta tu nivel, porque tus necesidades no son necesariamente las mismas que las de tu vecino.

Entre alguien que aprende inglés para trabajar y alguien que lo aprende para pasar su jubilación en un país anglófono, el vocabulario y el nivel de lengua exigidos no son en absoluto los mismos.

Así que, en lugar de buscar “un método paso a paso para alcanzar el nivel C2”, como hacen algunos alumnos algo despistados (este ejemplo es tan cierto como habitual), libérate poco a poco de los recursos para principiantes.

Practica un inglés vivo, alejado del lenguaje un tanto fijo que encontrarás en los métodos comerciales. Y si aun así quieres pagar por los servicios de un profesor, sé activo y dile exactamente de qué quieres tratar.

3. Practica el inglés como un angloparlante nativo

Este punto se deriva del anterior. El secreto del éxito del aprendizaje consiste en alejarse cada vez más de los caminos trillados de la pedagogía, para alcanzar un nivel de práctica comparable al de un hablante nativo.

Déjame que te lo explique.

¿Cuál es la razón principal para aprender inglés? Poder hacer lo que hacen los angloparlantes, sin la barrera del idioma.

Entonces, ¿por qué ceñirse para siempre a recursos escolares que ningún angloparlante consultaría?

Si tienes la sensación de estar dando vueltas en círculos con tus métodos y otras aplicaciones divertidas, quizá ha llegado el momento de dejarlas a un lado.

Sumérgete en lo que se conoce como “recursos auténticos”, creados por angloparlantes para angloparlantes.

Así que, ten siempre presente este sencillo principio: para tener éxito hablando inglés, haz en inglés lo que haces de forma natural en español. En los párrafos siguientes encontrarás varias ideas para elegir los materiales adecuados.

4. Trabaja tu capacidad de escucha con películas, series o podcasts

Es un viejo tópico que si quieres mejorar tu inglés tienes que ver películas o series de televisión.

Es innegable.

Son recursos excelentes para practicar la comprensión oral, al igual que la radio y los podcasts. También en este caso, la idea es aumentar gradualmente la dificultad hasta alcanzar un nivel de fluidez cercano al de un hablante de inglés.

Por ejemplo, puedes pasar de los subtítulos en español a los subtítulos en inglés (si aún no lo has hecho), o incluso prescindir totalmente de ellos. Si esta perspectiva te asusta, puedes empezar a escuchar series cortas tipo sitcom sin subtítulos. En este artículo encontrarás algunas ideas.

Otra opción son los podcasts.

Al no tener la imagen como en una película, pueden considerarse un recurso más avanzado. Puedes empezar con podcasts para principiantes e ir avanzando gradualmente hacia programas diseñados para hablantes nativos de inglés.

Para ello, recurre a plataformas especializadas como Soundcloud, Apple Podcast, Spotify y, por supuesto, YouTube. Encontrarás todo tipo de formatos, sobre todos los temas imaginables, así que date un capricho.

5. Empieza a leer para ampliar tu vocabulario

Estoy a favor de la lectura en inglés, que es una forma demasiado a menudo infravalorada de ampliar el vocabulario.

Es muy sencillo: yo nunca habría alcanzado un nivel bilingüe si no me hubiera dedicado a esta actividad. Por supuesto, tragarse un libro entero puede asustar, sobre todo si aún solo se leen textos cortos.

Pero ten en cuenta que solo necesitas leer uno para haber hecho lo más difícil.

Después, cada vez te resultará más fácil y pronto podrás enfrentarte a novelas de varios cientos de páginas. Porque es la regularidad lo que marca la diferencia, no la intensidad de un esfuerzo durante un periodo (muy) corto.

Puedes empezar leyendo artículos de prensa. Más breves, ofrecen la oportunidad de aprender nuevo vocabulario sin tener la sensación de estar escalando el Everest. Elige artículos que estén ligeramente por encima de tu nivel y ten a mano un buen diccionario.

Una vez que le hayas cogido el truco, puedes empezar a leer libros. Si no te gustan las novelas, no hay problema: puedes leer con la misma facilidad obras de no ficción sobre un tema que te interese.

En todos los casos, te ofrecemos una selección de libros en inglés, adaptados a tu nivel.

6. La escritura, o la forma poco conocida de mejorar realmente tu inglés

Además de leer, puede ser interesante escribir en inglés. Y, por supuesto, que un hablante nativo corrija tus errores.

Por supuesto, no siempre es fácil encontrar a un hablante nativo de inglés que se encargue de esta tarea bastante onerosa, pero si tienes una buena relación de trabajo con un socio lingüístico, ¿por qué no intentarlo?

Otra opción, si dispones de medios, es confiar tu escritura a un profesor particular, previo pago. Si el dinero es un problema, también puedes echar un vistazo a Lang-8, un sitio comunitario donde puedes enviar textos a hablantes nativos y corregir los suyos.

Tú decides si estás preparado para participar en esta comunidad.

Otra forma de practicar la escritura es intercambiar mensajes cortos con otras personas, por ejemplo en aplicaciones para móviles. Algunas ofrecen opciones para corregir los mensajes de tus corresponsales.

En este artículo encontrarás más información sobre cómo conocer a angloparlantes.

7. Practicar la conversación… llevándola al límite

La conversación es otra de las claves para perfeccionar el inglés.

Si no lo practicas, ¡solo puedo recomendarte que empieces!

Si ya tienes el hábito de hacerlo, puedes subir de marcha fácilmente.

Intenta conocer a otros amigos por correspondencia con perfiles diferentes, por ejemplo de distintos países de habla inglesa. Desafíate a ti mismo eligiendo hablar de temas a los que no estás acostumbrado, aunque eso signifique investigar un poco sobre el vocabulario a utilizar.

Pide correcciones más precisas de tus errores y de los giros torpes que sigues utilizando.

Siendo exigente contigo mismo, acabarás alcanzando un alto nivel de fluidez, requisito esencial para un sólido dominio del inglés. Podrás expresarte más rápidamente, sin tener que buscar las palabras y utilizando expresiones que parecerán más naturales a tus interlocutores.

8. Cuida tu pronunciación

Con el mismo espíritu de perfeccionar tu conocimiento de la lengua, intenta identificar las palabras que pronuncias mal o los matices de pronunciación que te dan acento español.

El inglés no es un idioma sencillo en este sentido, y hay muchas trampas.

Empezando por la ortografía, que (muy) raramente da una indicación fiable de cómo se pronuncia una palabra. Así que, no dudes en pedir consejo a tus amigos por correspondencia para que te ayuden a localizar tus errores al hablar.

Aunque no sea de fácil acceso, la fonética será un aliado inestimable para lograr este objetivo: indica con precisión cómo pronunciar cada palabra, gracias a un sistema mucho más fiable que la ortografía inglesa.

Así que, cuando busques en el diccionario, no olvides mirar la transcripción en el Alfabeto Fonético Internacional (AFI). Es un pequeño esfuerzo, pero a la larga dará sus frutos.

Para saber más, consulta nuestra guía de pronunciación inglesa.

9. ¿Estás al día en gramática?

A menudo se caricaturiza el inglés como una lengua sin gramática. Nada más lejos de la realidad. Así que sí, es cierto, no se necesitan grandes conocimientos para empezar a expresarse: la conjugación sigue siendo sencilla (solo la tercera persona del singular tiene una terminación), no hay declinaciones como en alemán, y la construcción de las frases es relativamente similar a la del español…

Sin embargo, esta aparente facilidad es engañosa: el inglés está lleno de pequeñas sutilezas, sobre todo en la escritura, que marcan la diferencia entre el principiante y el experto. Aquí tienes una guía para pasar al nivel avanzado: identifica los puntos gramaticales que siguen sin estar claros y revísalos. Puedes utilizar un manual especializado para ello y, por qué no, hacer algunos ejercicios.

Entonces, ¿estás al día con los verbos irregulares, los auxiliares (sobre todo do), el subjuntivo y los modales? Si no es así, todos estos artículos te ayudarán a perfeccionar tus conocimientos de gramática y conjugación.

10. Hacer un examen

Esta es una buena forma de “obligarse” a mejorar el inglés: presentarse a un examen relativamente exigente. Desde luego, no es la forma más motivadora, sobre todo porque personalmente tengo una mala opinión de la parte “lucrativa” del sector de la certificación.

Dicho esto, es justo reconocer que los exámenes constituyen un excelente marco de trabajo: tienes un objetivo claro (¡conseguir ese diploma!), definido en términos de tiempo (la(s) fecha(s) de la prueba), con acciones fáciles de poner en marcha (practicar la superación de un determinado tipo de ejercicio). Al hacerlo, te verás obligado a buscar a la pequeña bestia y corregir todos tus puntos débiles actuales.

El examen dependerá de tu objetivo. Por ejemplo, si quieres acceder a una universidad de habla inglesa, puedes presentarte al TOEFL o al IELTS. Si es más con fines profesionales, TOEIC o BULATS serían más apropiados.

Para elegir con conocimiento de causa, consulta nuestra guía sobre cómo certificar tu nivel de inglés.

11. Tomarse un descanso prolongado en un país anglófono

“Para hablar un idioma con fluidez, hay que ir a vivir al país”. Esta afirmación tan repetida es en parte falsa, por una serie de razones que no voy a exponer aquí (hablaré de ello en otro artículo…).

Dicho esto, si tienes la oportunidad de pasar una larga temporada en un país de habla inglesa (Reino Unido, Estados Unidos, Australia, etc.), lo más probable es que tu nivel sea completamente diferente a tu regreso.

Las opciones no faltan: puedes irte de intercambio universitario si aún eres estudiante, hacer un curso de idiomas, irte a trabajar a un país anglófono (con un visado working holiday, por ejemplo), o simplemente pasar unas largas vacaciones allí si te lo puedes permitir.

Una vez allí, haz lo posible por participar en la vida local: conoce gente, únete a clubes o asociaciones, busca trabajo si necesitas dinero… Recuerda lo que vimos en el punto 3: cuanto más vivas como un angloparlante, más rápido dominarás el inglés cotidiano.

12. ¿Y por qué no… enseñar inglés?

Por último, una forma poco conocida pero muy poderosa de mejorar tu inglés: enseñar la lengua de Shakespeare. Por poner un ejemplo, escribir artículos sobre esta lengua me obliga a refrescar periódicamente mis conocimientos y comprobar que todo lo que escribo es exacto o se acerca lo máximo posible a la realidad.

Por tanto, la enseñanza requiere una mayor precisión, pero también una forma diferente de ver el lenguaje. ¿Podrías explicar a un principiante aquellos puntos que te resultaron tan difíciles cuando aprendiste inglés por primera vez?

Evidentemente, no te estoy aconsejando que lo dejes todo para convertirte en profesor de inglés en el colegio o instituto. No hace falta ir tan lejos para aplicar este consejo.

Puedes simplemente ayudar a un amigo que se esfuerza por aprender inglés. El simple hecho de explicarle las reglas gramaticales o de conjugación, o de proporcionarle el vocabulario que necesita, te hará consciente de tus propias carencias y te obligará a rectificarlas.

Porque, como dice el refrán, “todo lo que está bien concebido está claramente expresado”.

Perfeccionar el inglés: una tarea larga pero gratificante

Llevar tu inglés a un nivel (muy) alto/bueno no será necesariamente la parte más fácil de tu viaje. Según mi experiencia, es mucho más fácil y rápido dominar las nociones básicas de un idioma que perfeccionarlo.

Pero si se hace el esfuerzo, merece la pena.

No solo serás más creíble profesional y/o personalmente, sino que podrás participar en conversaciones ricas y complejas en inglés y disfrutar de la vida como lo haría un verdadero angloparlante.